sábado, 4 de mayo de 2013

Un millón de palabras... Por Bárbara Martínez.




Un millón de palabras, no pueden hacer que vuelvas y lo sé porque lo he intentado... Tampoco un millón de lágrimas, lo sé porque he llorado hasta quedarme sin ellas, hasta que el alma se me secó. Tal vez, lo único que me duele más que decirte adiós es no haber tenido la ocasión de haberme despedido de ti. 

Nuestros recuerdos de ayer durarán toda una vida. Guardar los mejores, olvidar los demás. Soñar como si fueses a vivir para siempre y vivir como si fueses a morir hoy mismo. Esto debe de ser una de las cosas que más me ha costado y dolido hacer en todo este tiempo. 

Te dejo todas las lágrimas que derramé mientras escribía estas líneas. Te dejo mi falta de aire, el dolor que en este momento siento. Mi coraje. Todo te lo dejo aquí. Y me quedo con lo que no puede dejar de sonar en mi alma, dos palabras: TE QUIERO; las palabras que siempre me decías y que pocas veces me oíste decir, de lo cual me arrepiento. 

Parece que después de todas estas lágrimas estoy un poco mejor. Sentía la necesidad de escribirte todo esto y que esta carta estuviera dedicada a ti.


Bárbara Martínez, 4º B.

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